Exceso y Oro: Cómo Gianni Versace convirtió la moda en un espectáculo de Supermodelos y Rock and Roll / Legado de Gianni Versace.

karen garcia
13 oct
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Actualizado: 13 oct

Si la moda de principios de siglo se definió por la sobriedad liberadora de Chanel y la autoridad masculina de YSL, la moda de finales del siglo XX le debe a Gianni Versace el despertar de la opulencia, la fantasía y el glamour sin pedir disculpas.

Este Sr se encargo de no vender ropa, él vendía una actitud. Su visión convirtió la moda en un espectáculo cargado de sexo, arte clásico y rock and roll, una celebración desmedida de la riqueza y el cuerpo humano.

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La Invasión de las Supermodelos.

Antes de Versace, las modelos eran maniquíes. Gianni las convirtió en superestrellas. Él tomó a Naomi Campbell, Cindy Crawford, Linda Evangelista y Christy Turlington, y las elevó a la categoría de celebridades al mismo nivel que las estrellas de cine.

Sus desfiles no eran eventos tranquilos; eran conciertos épicos. Su colección Otoño/Invierno 1991, donde las modelos cerraron la pasarela cantando Freedom! de George Michael, marcó un antes y un después. Versace entendió que la moda necesitaba teatro para ser verdaderamente deseada.

El Lenguaje del Exceso Opulento.

Mientras otros diseñadores temían el exceso, Versace lo abrazó.

Su lenguaje estético se basaba en la iconografía clásica (la Medusa como logo, los grabados griegos), el estampado barroco y el uso desmedido del oro. Usó la seda, el cuero y los colores saturados con una valentía que era casi vulgar, y en esa vulgaridad intencional encontró la máxima sofisticación.

El mensaje era claro: "No te escondas. Muéstralo todo." Su moda no era para tímidas; era para mujeres que se sentían cómodas siendo el centro de atención.

Un Empoderamiento Diferente: La Confianza Descarada.

El empoderamiento de Chanel vino de la liberación de las estructuras; el de Versace vino de la sensualidad sin culpa.

Las prendas de Versace eran ajustadas, mostraban piel y celebraban el cuerpo femenino. Él tomó la figura clásica, la llenó de sex-appeal moderno y demostró que la confianza reside tanto en un traje de poder bien cortado como en un vestido de cota de malla que roza la transgresión. Su legado es la prueba de que el estilo personal debe ser fuerte, memorable y, sobre todo, honesto con la persona que lo lleva.